miércoles, 15 de agosto de 2007

ROZITCHNER

AMBITO FINANCIERO
CHARLAS DE QUINCHO
13.8.2007
«Bienvenido, Carlos», rezaba el cartelito casero en la recepción gaucha a Carlos Corach, el ex ministro que ahora vive en Francia y se quedará en Buenos Aires hasta las elecciones. Asado completo en un stud de San Isidro, con ex colaboradores, radicales, peronistas y gremialistas, donde el invitado escuchó más de lo que habló. Y lo que dijo no pudo interesar a casi nadie, ya que disertó sobre política exterior del gobierno de Nicolas Sarkozy. Más bien, parecía un canciller en el atril de Naciones Unidas. Justo esos temas aburridos entre gente especializada en seguir fascinantes temas locales de corrupción, lavado de dinero, contrabando, coimas y otros deslices, casi el fenómeno identificatorio de la Argentina de hoy. Tanto que uno de los gremialistas, con la leyenda « revancha» en su rostro, para cortarle la inspiración internacional le preguntó con sorna: «Che, ¿no estarás pretendiendo ser el próximo ministro de Relaciones Exteriores de Cristina, ya que ella sólo se va a ocupar de lo que ocurre fuera del país? Porque en lo que ocurre adentro, al parecer, está pintada». Fue la broma menos pesada que debió soportar Corach, tan amplio que al día siguiente almorzaría amablemente con Domingo Cavallo, su ex colega de Gabinete y autor de cuanta fama negra se le haya atribuido al ahora habitante parisino. Todo se olvida, a veces, menos el humor en una noche en la que descollaron Luis Barrionuevo, Oscar Mangone y Jorge Triaca, Fernando de Santibañes, el laboralista Enrique Strega, el economista Luis Secco y el incontenible Alejandro Rozichner, quien no para de dibujar en una libretita -como una pulsión- mientras hace comentarios. Otro chiste: «Corach, pasale una servilleta porque se va a quedar sin hojas en la libreta. Fue otro el autor, pero el filósofo se encargó en la mesa de tejer un campeonato literario sobre la creación de verbos que ha generado el kirchnerismo. Al tradicional «borocotear» (tránsfugas que se pasan de un partido al oficialismo), se buscó otro humillante para los empresarios que persisten con su felpudismo a la Casa Rosada -en rigor, igual que en otras administraciones- y, lo mejor, se inspiró uno nuevo: « bendinizar», una suerte de vulgar obediencia debida aplicada por el Presidente a sus víctimasfuncionarios. A propósito, claro, de la huida del secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, cuando partió de la Rural luego de que el mandatario lo instruyera por teléfono como al jefe del Ejército para que descolgara los cuadros: « Proceda y váyase», fue una de las frases imaginadas en el grupo para el momento. Mientras, otros ejemplos de « bendinizados» se perdieron debido a las bandejas que surcaban con chorizos y morcillas luego de haberse agotado una entrada de matambre casero cortado a cuchillo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este Rozitchner es el mismo que escuchaba los cassettes de Tarufetti en lo de Chomsky

Ariel dijo...

«Che, ¿no estarás pretendiendo ser el próximo ministro de Relaciones Exteriores de Cristina, ya que ella sólo se va a ocupar de lo que ocurre fuera del país? Porque en lo que ocurre adentro, al parecer, está pintada». Brillante... No me sorprende que así sea. Viene de las charlas de quincho de ámbito...

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Brillante, sin dudas.

Será hasta bien pronto

Anónimo dijo...

Se agradece...